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sábado, 20 de diciembre de 2008

Patagónia Express "1"

Para entrar en el Parque Nacional Los Glaciares, donde se encuentra el famoso glaciar Perito Moreno, es necesario ser millonario o...

Unos días antes de llegar al El Calafate habíamos tomado la decisión de no perdernos por ningún motivo el espectáculo tan renombrado de avistar el Glaciar.
Como contamos anteriormente, preferíamos invertir en conocer el Perito Moreno y no el Torres del Paine. Se trata de que realmente los precios por esta zona, tan patagónica, son descomunales. La diferencia que hacen entre extranjeros y residentes es bestial, sin importar si eres estudiante o no en la mayoría de los casos. Todas las excursiones organizadas a los parques son carísimas y ninguna incluye la entrada, esto repercute sobre todo cuando el turista que contrata una visita se entera a mitad de camino que además tiene que pagar otro tanto por la entrada. Increíble.
La cuestión es que a partir de la experiencia gratuita pasada en Puerto Natales, sumada con la cantidad de kilómetros que hicimos hasta el momento a dedo han desarrollado en nosotros un sexto sentido “anti-atraco-a-turistas” y al llegar al pueblo de El Calafate olfateamos la posibilidad de evitar el crimen.
Los rumores corren. La gente quiere reivindicar el derecho a conocer el patrimonio de la humanidad en igualdad de posibilidades.
Sabíamos que si ingresábamos al parque antes de las 8 am no pagaríamos entrada. Así que el sábado 6 nos levantamos a las 5.30 am y rogamos a todo coche que pasara, siempre con dignidad y respeto hacia nuestros pulgares derechos, que nos avancen en dirección al Glaciar.
Y lo conseguimos. Entramos a las 7.30. y, ¿saben qué? Con el dinero ahorrado ese día compramos carne y nos mandamos un asado increíble con Orkatz (amigo de la Harley) y dos vascos más que rondaban por el camping.
Por otra parta es realmente una maravilla encontrarse de frente con el glaciar. Y eso que no es el más grande de los glaciares. Llegar tan temprano por la mañana nos permitió contemplarlo casi a solas y con la mejor luz del día. Es un cuadro fantástico. Por donde lo mires te distrae y sorprende. El fondo congelado te atrapa hasta que de pronto se escucha la fractura del hielo y en unos segundos de nervios ansiosos se deja recorrer con la vista de esquina a esquina en busca del trozo que en nada se desprenderá. Ingresar por libres nos dió, además, la oportunidad de estar en uno de los miradores más bajos y próximos durante el tiempo que quisimos.
Entender un fenómeno así escapa realmente de todo relato. Creemos que para comprenderlo tienen que verlo. Dejamos algunas fotos y esperamos que de alguna manera les sirva nuestra experiencia.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy interesante el dato de la entrada gratis. Ya me habían comentado que los precios por esos lares estaban altos. Aunque por otro lado también me aconsejaron ir por el tema del Euro/dólar. De todos modos va a ser que voy a tener que esperar un poquito más.
Pero es que ese lugar es uno de mis destinos soñados. Y aunque ya no tenga los huesos para ir con tienda de acampada tengo pensado ir de cualquier otro modo. Sl2

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